miércoles, 26 de marzo de 2008

ANTE EL PARO DE LA RURAL

Triste la verdad, ...los mas poderosos
“Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio” canta Joan Manuel Serrat. También la verdad puede ser dolorosa, y sobre todos para quienes se han sentido siempre los mas poderosos, y hoy se encuentran inmersos en una sociedad que ya no está mas dispuesta a vivir en una pobreza inexplicable en un país tan rico y sobre todo productor de alimentos.
No se puede sostener más un doble discurso, proclamando un modelo inclusivo, con más justicia social, y al mismo tiempo querer maximizar las ganancias para el sector. No se puede denunciar que llegaremos a un colapso energético, y renegar al mismo tiempo de la política exterior latinoamericana que nos ayuda a enfrentarla.
No se puede desconocer tampoco que este modelo redistributivo recién comienza, que aun una gran parte de la población apenas ha alcanzado niveles mínimos, que aun distan mucho de las condiciones de vida digna para todos, pero que al mismo tiempo los sectores de la producción han crecido fuertemente, al calor de ese mismo modelo que privilegió la producción sobre la especulación financiera, que generó puestos de trabajo, mayor consumo y por ende mayor producción.
Nuestros productores en estos 4 años han salido de la incertidumbre, ya no se ven cuadros abandonados, han podido reponer movilidad y herramientas y cuentan con los recursos para sostenerse con su producción. Claro es que la mayor parte de esa rentabilidad la lleva quien exporta, favorecido por el tipo de cambio y los precios internacionales, y es allí donde también hay que dar el debate sobre la redistribución hacia todos los sectores integrantes de la cadena productiva. Y recordamos que la base de la misma la componen los trabajadores rurales, que a pesar del crecimiento del sector en su conjunto, apenas pasan de percibir salarios misérrimos, vivir en condiciones precarias, y siguen sometiendo a sus familias e hijos a las condiciones del trabajo rural.
Estos trabajadores rurales han podido acceder a su jubilación aun sin tener registrados sus aportes, porque el estado interviene en la redistribución, utilizando recursos que ingresa a través de retenciones a la exportación, como así también el estado ha salido en auxilio de productores en todos estos años.
Quizás en este camino, que insisto, recién se inicia, se evidencien carencias y dificultades para acompasar este proceso de crecimiento-distribución. Una de ellas es la propia organización y legitimidad de los pequeños y medianos productores, que deben ir consolidando sus organizaciones para exigir al interior de la cadena productiva la transparencia y la redistribución que permita una mayor justicia retributiba. Para ello los canales de diálogo siempre han estado y estarán abiertos, pero se debe reconocer el camino.
Pero el atajo engañoso que propone la Sociedad Rural, con maniobras de piquetes por tiempo indeterminado para desabastecer al mercado internote alimentos, verdaderamente tiene un sentido político de asonada contra el gobierno democrático, y esas no son las reglas de juego que presupone un pacto social, una concertación, la construcción de un modelo que privilegie la institucionalidad, y sobre todo que tenga en cuenta a todos quienes habitamos en este suelo.
Quienes hemos accedido a funciones de gobierno por el voto popular, hemos militado desde estos conceptos y por ellos fuimos elegidos. Los vamos a sostener, vamos a defender estos valores, que son en definitiva del pueblo que nos votó. Vamos a dar los debates que sean necesarios y vamos a sostener con todas nuestras fuerzas a este gobierno nacional, a nuestra presidenta, y a todas las instituciones de la democracia y el estado de derecho. Hemos luchado más de 30 años, hemos dejado girones de vida, hemos puesto de lado intereses personales, para recuperarlo, para todos, para nuestros hijos, para que los niños que hoy nacen sean jóvenes con proyección de futuro, con ganas de crecer, de estudiar, de ser ciudadanos comprometidos.
Vale un momento de reflexión. El facilismo de sumarse al paro de la Sociedad rural que despliega todo su poderío, o dar el debate donde y como corresponde. Como lo hacen los trabajadores cuando reclaman salario, que también están participando en la puja distributiva. No lo hacen volteando gobiernos, ni llamando a los personeros de la dictadura. Exponen razones, discuten y recurren a medidas de fuerza que están contenidas en el derecho que los asiste.

Silvia Horne
Legisladora ProvincialMovimiento Evita-Frente para la Victoria

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